En La hija pródiga, Jeffrey Archer sitúa esa historia en la generación siguiente, con el protagonismo de Florentina Rosnovski (la hija de Abel y nuera de Kane), una mujer dotada de tal ambición que empequeñece incluso la de su padre y la de su adversario. La historia de Florentina comienza en 1934, cuando su padre llegó como inmigrante sin recursos para levantar uno de los más poderosos imperios hoteleros de Estados Unidos. Ya de niña, la precoz e inteligente Florentina muestra una voluntad que ni su enérgica institutriz inglesa ni, más tarde, los más exigentes maestros consiguen domeñar. Por una ironía de la vida, su destino será amar al hijo del enemigo irreconciliable de su padre. Es una mujer que no se conforma con un segundo puesto, y acaba por desdeñar su herencia y casarse con el hombre a quien ama. Florentina construye un poderoso imperio propio y, finalmente, su ambición la conduce a perseguir la meta más alta de todas: la presidencia de los Estados Unidos